Así, con estas uñas, anuncia la estupendísima Nieves Álvarez una marca de joyas en
una revista especializada y lujosa. Pero, por dios, ¿qué clase de manos te gastas para la publicidad?
¿En qué niveles te mueves, mari?… Le miras la cara maquilladísima y dices: pero
qué mona que está esta chica… Vas bajando y, de repente, te encuentras con esta
mano y te da un escalofrío (por no hablar de las cabrillas del brazo). Es que ni una lima se ha pasado. Ni un
poquito de forma. Ni un brillito. Es como si hubieran pensado ponerle unas uñas
rojas con photosop y se les hubiera
olvidado a los de la marca de joyas, que así no van a vender una mierda. Así, el anillo les queda de chino, pero de chino, además, cutrón. Mira
que ya es feo por sí mismo…
“Primera embajadora de la firma”, la llaman. “Imagen de la
enseña”, dicen. “Madre trabajadora”… Ahí le han dao. Les ha faltado añadir: “Capaz
de quitar los chorreones de aceite quemao de las sartenes con el nanas en
tiempo récord. Aquí tienes la prueba. "
Y como este nefasto ejemplo, tantos otros donde se descuidan los detalles como si todos los consumidores fuésemos tan mediocres y horteras como son sus campañas y editoriales. God is in the details!
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