Ayer en la pelu me encontré con dos joyitas. Una, el libro
de Mario Vaquerizo 'Haciendo majaradas,
diciendo tonterías', y otra, que a punto estaba de ser arrojada al destino más ruin, una entrevista en El País a Mario Vargas Llosa. La
tarde prometía.
Entre tintes y mascaras reparadoras me dio tiempo a tragarme el libro de Mario Nancys Rubias y las declaraciones de Mario Premio Nobel.
Entre tintes y mascaras reparadoras me dio tiempo a tragarme el libro de Mario Nancys Rubias y las declaraciones de Mario Premio Nobel.
Antes de continuar me gustaría hacer un llamamiento a todas las pelus para que se animen a dejar libros de menos de 200 páginas, tipo
el de Vaquerizo, una obra sin pretensiones, facilona y divertida. Se lee del
tirón y entretiene un montón.
Táchame de frívola,
que no me va a importar. Tal vez fuese
mucho mejor que se leyera literatura española del Siglo de Oro, por ejemplo, pero es que en la pelu me da una pereza…
Pues bien, esta divina palabra -frivolidad- es lo que trae a estos dos Supermarios de cabeza. De hecho, creo que
la frivolidad como concepto les
obsesiona. A mí me obsesiona que la peluquera acierte con el tinte, cada uno lo
suyo.
Mario Premio Nobel esta preocupadísimo por que la humanidad se convierta en la civilización del espectáculo -título de su última obra- ¡vaya problemón, querido! Él no se incluye en la civilización porque es asiduo a la alta cultura, como él llama a " leer buenos libros, conocer la gran tradición pictórica, el mundo de la música culta (...) eso dio un sentido y un orden, una organización al mundo que le hizo para mí más rico y estimulante" No te jode… Que se lo vengan a decir a los que no han tenido tal oportunidad de acceder a esas cositas… En mi pueblo, alta cultura es comer, beber txakoli y cocinar un bacalao al pip-pil, entre otras cosas. Dice Vargas Llosa que la frivolidad es “tener una tabla de valores completamente confundida, es el sacrificio de la visión a largo plazo por el corto plazo. Justamente eso es el espectáculo” ¡Pero macho Mario! ¿Cómo te columpias tanto tú con tanta alta cultura como tienes? Relájate muñeco. El peruano extiende su crítica hasta aquí: “Hoy en día hablar de cocina y hablar de la moda, es mucho más importante que hablar de filosofía o hablar de música. Eso es una deformación peligrosa y una manifestación de frivolidad terrible” ¿Tú hablas de cosas normales con tu mujer e hijos o solo de alta filosofía? ¿Tú sales a la calle, chaval?
Para eso Mario Nancys
Rubias. Es un tipo sin prejuicios, irónico, muy espontáneo y entra al trapo
en su book. ”A mí, la intensidad me da alergia. La frivolidad es una actitud ante la vida”. Para el marido de Alaska, la palabra frivolidad
está denostada y poco entendida. Considera vital en cualquier hijo
de vecino grandes dosis de frivolidad. "La frivolidad bien
entendida no está al alcance de cualquiera”
A mí me pasa como al de las Nancys Rubias."¿Por qué está mal visto que reconozcas que
te gusta la moda? ¿Qué consumas cuando te hace feliz? ¿Por qué tenemos que ser
tan políticamente correctos? Ser frívolo
es sinónimo de libertad, y solo sabiéndolo combinar, aunque es algo que va más
allá del aprendizaje, serás una persona divertida”
Si me invitan a cenar, iría con los dos, pero si tengo que
elegir con quién acabar en una isla desierta, me voy con la rubia. Lo tengo claro.
Call me frívola, baby.