lunes, 13 de febrero de 2012

MARÍA TERESA FERNÁNDEZ DE LA VEGA, VE Y PÍLLATE UNOS GRAMMYS


Aún no sé si estoy más impactada por el lifting de María Teresa Fernández de la Vega o por los frikis de la música que fueron ayer a la ceremonia de los Grammys 2012. Sobre la primera tengo que decir que me la encontré en un ascensor hace un par de semanas y que doy fe del currele que se ha pegado su cirujano plástico. Venía ella de un viaje por América Latina y te prometo que pensé que la presión barométrica del vuelo le había estirado las arrugas sin mesura y sin gastarse un dineral. Pero luego, observándola más de cerca entre el tercero y el quinto piso, me di cuenta de que aquello era obra de un profesional muy meticuloso y acostumbrado a grandes obras de ingeniería arruguil. Está hasta guapa la jodía, no te digo más… Y su pelo ya es el pelo de un humano. Mirándola, una recupera la confianza en la cirugía plástica y en que donde esté un buen pinchazo y un buen estiramiento que se quite cualquier máquina de Maribel Yébenes. Esto sólo se hace con un buen copy paste, nada de ondas electromagnéticas ni polladas parecidas.




Pero me centro en lo que me tiene en estado de shock este lunes. Dicen algunos medios hoy que “el mundo de la música llora la muerte de Withney Houston”. Pues mira que yo no los vi muy llorones ayer en los Grammy. Ni de luto, vamos. Y miro directamente a Fergie, que iba en bragas y sujetador con un Gaultier encima. Hombre, un poquito de respeto a la finada... Claro, que también me pongo en su lugar y me digo que qué culpa tiene ella de que se muera Withney la noche anterior, y en domingo. A ver dónde encuentras otro traje cuando ya estás casi en la puerta del sitio y con todos tus personal shopper y estilitas de resacón.


La verdad es que ya me aburren soberanamente los trajes de las alfombras rojas en general. Esos cortes sirena, esa pedrería, esos escotes a la espalda tan Elsa Pataky y Beyoncé, esas caderas bien marcadas y esas tetas bien asomadas… Qué cansinismo ya…

Los modelitos de los Grammy ponen de manifiesto que hay demasiados cantantes que ni su padre conoce en el panorama musical, que Adele tiene cara y cuerpo de vieja, que si le caen a ella hasta los Grammy al mejor conjunto musical latino (es un decir) es que el panorama musical es regulero. Allí estaba Wineth Paltrow, que sale más de fiesta que Paquirrín. Y el dj David Getta, ese hortera semidios del house que todos los paletos ricos y famosos mencionan cuando quieren hacer como que saben de música y a quien deberían multar por destrozar cualquier tema que no es suyo para convertirlo en un hit de los dance floor de Marbella. 

También fueron algunas estrellas de la música de mis tiempos y que con sus indumentarias me demostraron que no valen ya ni de atrrezzo para fiestas. Léase, Bonnie Raitt, Cindy Lauper o Diana Ross (Bonnie Raitt, por dios, ¡hacía tanto tiempo que no pronunciaba ese nombre!).





Diana Ross
Bonnie Raitt
Condy Lauper

 Total, que si te digo que las grandes estrellas eran Sasha Gradiva, Jamie Grace, Mika Newton o Bonnie McKee entenderás que tuvieran que llamar la atención con su ropa, porque de otra forma nadie volvería a hablar de ellas jamás. He aquí algunos ejemplos:






Y también entenderás que a la organización le viniera fatal que Withney Houston se muriera la noche anterior porque sin ella a ver quién les quedaba ya ¿Maná, por ejemplo? Pues sí, se llevaron el Grammy a Mejor álbum latino pop, rock o urbano. Toma ya. Tú me dirás si el panorama musical no está fatal. Anda, que te regalo este temita para no dejarte tan mal sabor de boca.




domingo, 5 de febrero de 2012

NAFTALINA FASHION CON AMOR

Ya sabes que esta semana se ha celebrado la MBFW, la pasarela Cibeles de toda la vida, vamos. Ahora se llama MERCEDES-BENZ FASHION WEEK. Los de la marca de coches ponen la pasta, así que nos comemos el nombre con patatas.

En la MBFW está todo muy ordenadito, con horas de descanso entre desfile y desfile para que todos los diseñadores queden bien con todos los medios, para que todas las revis de moda puedan ir a todo, me refiero a todos los desfiles, te gusten o no. Cuerpo relajao, no nos vaya a dar un síncope. En el mundo exterior de esta nuestra península, los desfiles se suceden en diferentes espacios de la ciudad. A menudo ocurre que hay varias presentaciones a la vez y hay que elegir: o vas a una a vas a otra. Tu sentido profesional te guia y eliges. Otra historia. Y otra moda. Después de ver la Haute Couture de París, la de Madrid es como comparar un collar de diamantes con uno de melones. No sé si me explico.

El tema de las celebrities invitadas a los desfiles lo toco así de pasada: si te cuento que una de las invitadas top de Montesinos era Marujita Díaz, pues ya te lo he dicho todo. Bueno no, no es por ponerme petarda pero olía a naftalina la tía que tiraba para atrás. Lo juro.

Luego decimos que Zara fusila las prendas pero algunos diseñadores parace que han tragado Pradas a gogó y ¡vualá! han vomitado su propia coleccion (leáse Verino) y luego decía Espe Aguirre a las salida del desfile que se iba a comprar inmediantamente unos de esos impermeables...ainsss. Algunos de los diseñadores debian devolver la subvención que se les proporciona ipso facto.

Todo lo fashion iba in crescendo esta semana. El viernes noche, cuando pensaba que había pasado lo peor y quedaba lo mejor, el mando a distancia de la tele se quedó pegado a mi dedo. Estaban a punto de elegir a la Reina de los Carnavales de  Las Palmas de Gran Canaria. Toma moda cálida mientras aquí nos congelamos de frío. Las chicas medio en pelotas tirando de esos vestidos-mole mientras hacían playback era todo un primor.
¡Ay, qué fashion y modernos somos! Spain is different, lo cojas por donde lo cojas.

sábado, 4 de febrero de 2012

EL PIXELADO ES OBRA DEL DOCTOR CAVADAS


(Aconsejo la lectura del texto sin dejar de mirar la foto de la niña que aparece arriba a la derecha)

Visitar a una eminencia de la cirugía plástica, a uno de los mejores reconstructivistas del planeta, no es asunto baladí. Y menos aún si el especialista va armado con un gorro de quirófano con hellokitys y blusones étnicos. Pero es que el doctor Pedro Cavadas es así: o se le quiere por lo bueno que está o se le odia por lo engreído que parece. Voy al grano, que me despisto. Hasta su clínica valenciana se ha marchado Andrea Janeiro Esteban, Andreíta para esa España que tiene tele. Y recién salida de la operación facial nos la presenta esta semana en portada la revista Diez Minutos.
-"No me digas que no le queda bien la rinoplastia: su nariz ha quedado cuadradita y de color marrón ladrillo, eso sí, suavizado hacia el pantone no-sé-qué-número". 
-"¿Y qué me dices de los coloretes tipo Heidi?".
-"Se dice dermoabrasión de los pómulos. Lo que han intentado es igualar tonalidades".
-El botox aplicado en el entrecejo ha quedado un poco claro, blanquecino, respecto al resto de la piel, pero le da un toque tercer ojo que ya quisiera el yogui del Dalai Lama.

Quizás en su conjunto el rostro de Andreíta está configurado como un crisol de tonos maquillaje, pero queda más suave y menos agresivo que la última operación que le hicieron a su madre. Hoy hemos conocido a la verdadera Andrea, una adolescente con una verruga-piercing, papada de cambio hormonal y boquita de piñón. Sobre el estilismo poco puedo opinar. A Primark vamos todos.


Pero sí debo ponerme entre seria y enfadada. ¿El superpixelado realizado a la hija del torero es terapeútico, quirúrgico o ético? Los del Ten Minutes quizá nos vendan que es una menor y su imagen está protegida, pero ese código contrasta con otras ocasiones en donde la presentación de un niño se ha hecho a cara descubierta. Esta misma semana, la revista Lecturas saca en portada a la princesa Letizia sujetando en brazos a una bebé, que anónima o no también tendría derecho a salvaguardar su imagen. Porque esto de los menores y el pixelado se lo pasan por el forro de los pantones la mayoría de publicaciones del corazón. ¿O es que a algún malvado responsable de fotografía no le gusta la cara de esa chica, que bastante tiene con lo que tiene?



miércoles, 1 de febrero de 2012

JOSÉ FERNANDO SE HACE POR FIN LATIN KING





No quisiera estar yo en el pellejo de Ortega Cano desde que no se tiñe con Lady Grecian. A sus problemas con la justicia se le junta ahora otro que le va a dejar los pelos con canas y, además tiesos:  han echado a su hijo José Fernando del colegio de Irlanda donde estudiaba. Lo de estudiar es una manera de hablar, porque tenía más faltas ya que Lina Morgan.

Cuando las cosas no pueden ser, no pueden ser. El chico ha crecido y ha pensado que ya que no tiene en la familia muchos modelos a seguir, pues para qué estudiar. Su hermana Rocío no sabe lo que es leer desde que se terminó el último Vale, su prima Rosario apenas sabe pronunciar el nombre del peluquero que le deja las puntas disparadas, su tía Rosa Benito dejó el curso de Ingeniería Biomédica que estaba haciendo en el MIT... Con eso en casa, no hay forma de ponerse delante de los libros.  Así que cuando el director del Marist College se dio cuenta de que aquello que sonaba en su habitación no era Mozart, si no los Pitbull, se dijo: “Voy a llamar al padre de este, porque le voy a tener que dar dos hostias, y no quiero”.

Si es que a José Fernando nadie le entiende (mucho menos sus compañeros irlandeses, claro). Él lo que quiere es hacerse Latin King. Sí, como te lo digo. El niño quiere ponerse los cordones de oro de su madre en el cuello, tatuarse una corona en el brazo derecho y escuchar  a Daddy Yankee en el aparcamiento de un Carrefour Planet.

Los medios dicen que tendrá que tomar una decisión sobre cómo redirige su vida, pero no saben que ya la ha tomado. No son los bancos del colegio los que le esperan; son los bancos de los parques de Sevilla.

Su padre está fino. No sabe si comprarle un chándal negro de Adidas XXL o si ponerle de palmero de su prima Rosario. Y eso que todavía no ha entrado en la cárcel. Yo creo que lo mejor es que cuando entre se haga amigo de Eric Javier Jara Velastegui (fundador de los Latin Kings en España) y ya, de paso, que se tatúe él otra corona en la nalga. Va a ser la única manera de tener al niño controlado. Ortega, ponte la gorra con la visera para atrás y añádele tres tallas más a tu sudadera del Decathlon, que aunque no sea de Nike, los amigos de tu hijo sabrán entenderlo.