viernes, 25 de noviembre de 2011

¿MACABRA? SÍ, ¿Y QUÉ?

No hay nada mejor para conseguir notoriedad que te censuren un anuncio. En realidad, es una suerte para el anunciante porque así todo el mundo habla de él. Para el consumidor como yo la suerte sería que censuraran varios de los que ya se emiten en esta televisión de mierda que tenemos y que no pudiéramos verlos nunca jamás en la vida. No voy a dar nombres porque algún día podrían meter un bonito banner en este blog, pero no sé por cuánto tiempo voy a poder morderme la lengua.

Cuando los organismos estos de autocontrol de la publicidad y asociaciones varias de anunciantes o de consumidores censuran un spot, todo el mundo querrá ver por qué lo han censurado y lo buscará hasta debajo de las piedras para encontrarlo. Vale, hasta aquí no te cuento nada nuevo. Pero es que me he encontrado uno de esos que molan, molan, molan. Y, sí, yo también he caído porque en mi santísima vida había oído hablar de ellos y ahora me gustan. Es de la marca australiana de denim BillyCock. Muy hardcore, sí, pero yo quiero unos vaqueros de los que llevan estas señoritas “del montón” ya. Por cierto, que aunque cueste, hay que centrarse en el argumento, no en el culo de la tía...

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