miércoles, 1 de febrero de 2012

JOSÉ FERNANDO SE HACE POR FIN LATIN KING





No quisiera estar yo en el pellejo de Ortega Cano desde que no se tiñe con Lady Grecian. A sus problemas con la justicia se le junta ahora otro que le va a dejar los pelos con canas y, además tiesos:  han echado a su hijo José Fernando del colegio de Irlanda donde estudiaba. Lo de estudiar es una manera de hablar, porque tenía más faltas ya que Lina Morgan.

Cuando las cosas no pueden ser, no pueden ser. El chico ha crecido y ha pensado que ya que no tiene en la familia muchos modelos a seguir, pues para qué estudiar. Su hermana Rocío no sabe lo que es leer desde que se terminó el último Vale, su prima Rosario apenas sabe pronunciar el nombre del peluquero que le deja las puntas disparadas, su tía Rosa Benito dejó el curso de Ingeniería Biomédica que estaba haciendo en el MIT... Con eso en casa, no hay forma de ponerse delante de los libros.  Así que cuando el director del Marist College se dio cuenta de que aquello que sonaba en su habitación no era Mozart, si no los Pitbull, se dijo: “Voy a llamar al padre de este, porque le voy a tener que dar dos hostias, y no quiero”.

Si es que a José Fernando nadie le entiende (mucho menos sus compañeros irlandeses, claro). Él lo que quiere es hacerse Latin King. Sí, como te lo digo. El niño quiere ponerse los cordones de oro de su madre en el cuello, tatuarse una corona en el brazo derecho y escuchar  a Daddy Yankee en el aparcamiento de un Carrefour Planet.

Los medios dicen que tendrá que tomar una decisión sobre cómo redirige su vida, pero no saben que ya la ha tomado. No son los bancos del colegio los que le esperan; son los bancos de los parques de Sevilla.

Su padre está fino. No sabe si comprarle un chándal negro de Adidas XXL o si ponerle de palmero de su prima Rosario. Y eso que todavía no ha entrado en la cárcel. Yo creo que lo mejor es que cuando entre se haga amigo de Eric Javier Jara Velastegui (fundador de los Latin Kings en España) y ya, de paso, que se tatúe él otra corona en la nalga. Va a ser la única manera de tener al niño controlado. Ortega, ponte la gorra con la visera para atrás y añádele tres tallas más a tu sudadera del Decathlon, que aunque no sea de Nike, los amigos de tu hijo sabrán entenderlo.




1 comentario: